Hola Que tal,
Te saluda tu amiga Alma Benítez.
Por si no sabías, muchos yogis y yoginis cambian su nombre o sus maestros les asignan un nuevo nombre espiritual. En mi caso, esta inquietud surgió al tomar un taller de Kundalini yoga con mi amado maestro y amigo del alma Jair Casillas. Nos coment'ó que existe una página http://es.3ho.org/spiritual-names/ en donde al dar tus datos de nacimiento y el nombre espiritual de tu maestr@ kundalini te dan a conocer tu nombre espiritual que tiene que ver con tu Dharma (misión de nacimiento).
Solicité el mío y lo recibí 3 semanas después: el 16 de febrero de 2021 para ser exactos.
Y recibí el hermoso nombre de Satya Simrat Kaur, que significa:
"La Princesa / Leona que encarna la Verdad infinita al dominar la meditación en el nombre divino de Dios".
Algo bastante más profundo que el post de instagram en donde escribí "La princesa que encuentra la verdad al meditar en nombre de Dios". No revisé el mail con detenimiento y me anticipé a publicar lo que recordaba de él.
No acepté tan fácil el nombre porque conlleva una gran responsabilidad, habla de una maestría que aveces no sigo, para serte honesta, porque me pongo a ver series de Netflix.
Me tomó 2 meses!!!. Sentía como que me iba a poner una corona y un poder que no tengo y que además estaba lejos de comprender, a pesar de llevar 6 años con práctica de yoga y meditación, me topé con la creencia limitante en mi cabeza del "no merecimiento". (Algo que explicaré en otro post).
Pocos días antes de mi cumpleaños, decidí someterme a un proceso de muerte y renacimiento. Era aceptar mis 40, que si bien no son muchos, tampoco son tan poquitos, pero pues lo que menos quiero es dejarme caer en la depresión o tirarme al drama de decir porqueee porque 40, como sabemos muchas personas hacen. En vez de eso, decidí cultivar cosas diferentes en mi ser y mis pensamientos, y también eso incluía aceptar mi nuevo nombre, porque además había decidido volverme novia de mi camino meses atrás para compartir mi ser con otras personas fundando ésta escuela. Realmente el tener un nuevo nombre era solo cuestión de tiempo.
El nuevo nombre es un recordatorio de tu misión en este mundo, de esa misión sagrada de haber venido a caminar a este mundo. En mi caso comprendí por qué he conectado tan bien en todo aquello que tiene que ver con las prácticas de yoga y es una oportunidad cada día para morir y volver a nacer con esa misión divina.
Cuéntame en tus comentarios acerca de tu camino y acercamiento a la meditación o si no lo haz experimentado, si te gustaría inciarte en ésta maravillosa práctica para el Ser.
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